Hace algunos días recibí un correo de Google. Anunciaba que el registro de mi dominio: elblogdericardolladosaescritor.com se renovaría automáticamente en treinta días. Entré en el blog y me di cuenta de que hacía un año que no escribía en él. Probablemente, la última vez que lo hice fue tras recibir ese mismo correo el año pasado… Me gusta pensar en el dominio elblogdericardolladosaescritor.com como en una propiedad inmobiliaria de la nada, un territorio sin gobierno, sin leyes, sin jueces; donde expresamente he decidido no legislar ni ejercer autoridad alguna; no por anarquía, sino porque en él apenas sucede nada. Mi dominio se parece a un viejo caserón aislado a las afueras de la ciudad, en medio de una zona industrial en crisis. Casi nadie lo visita y la maleza crece en el jardín. El hollín de las fábricas recubre la fachada; pero si alguien (tú mismo, lector) accede al interior sin llamar a la puerta, se encuentra con que no hay polvo y todo huele a limpio, como si alguien acabara
Hace varias semanas pasé por delante de mi parvulario: el colegio Virgen Reina de Zaragoza y tomé esta fotografía. Desde poco antes de la muerte de Franco, en 1975, hasta poco antes de que se promulgara la Constitución de 1978, mi vida transcurrió entre estas paredes hoy deshabitadas. Hasta 2010, año de su cierre, el colegio lo dirigió una pequeña congregación de monjas. Tras mucho rebuscar por internet, descubro que pertenecieron a la orden de las Madres de los Desamparados y San José de la Montaña, fundada en Málaga en 1881 por la beata Petra de San José Pérez Florido, siendo romano pontífice León XIII. En la actualidad, la orden esta presente en Italia, Estados Unidos, Méjico, Centroamérica, Colombia y España. Sobre la barra superior de su página web, figura un banner donde se lee: "¿Quieres ser Madre de los Desamparados?" Si pinchéis en él, mujeres, seréis invitadas a un campo de trabajo en el tórrido interior de la provincia de Jaén durante el mes de julio. Pero en Za